¿Sientes que no se valora lo que haces por tu pareja? ¿Tu pareja se enfada sin motivo aparente en un estallido que se lleva todo por delante?

EL CUIDADO DEL OTRO EN LAS RELACIONES

Quizás no encuentres estas claves en ningún libro, pero tras varios años haciendo terapias de pareja, he llegado a la conclusión que siguiendo estas pautas generales, muchas parejas pueden llegar a superar con éxito sus diferencias.

Uno de los pilares de las relaciones de pareja suele ser el cuidado del otro, y podríamos decir que se sobreentiende como uno de los principales indicadores del amor en la relación.

Entonces, ¿dónde está el problema?

En la falta de equilibrio. Muchas parejas vienen a consulta con una demanda difusa, pero que se acaba reduciendo al “exceso de dar” por parte de uno de los componentes y el “exceso de recibir” por parte del otro (el que da en exceso se muestra enfadado y frustrado en gran manera, con ganas de dejar la relación después de mucho tiempo con un marcado desequilibrio, y el que recibe se muestra confuso y enfadado, porque la otra persona ha dejado de atenderle de golpe, y lo que antes era amor y tranquilidad, ahora es pura hostilidad y discusión constante).

Sea cuál sea el estado que muestran, es básicamente de frustración, tristeza, rabia y desesperación, y puede llegar a suponer el final de una relación.

Qué podemos hacer para no llegar a este punto?

El inicio de una relación suele ser también una época en la que se sentan las bases, los valores, los hábitos y costumbres que, por mucho tiempo acompañarán a la pareja. Con lo cual, a la vez que se está en pleno enamoramiento, se están discutiendo las normas del juego.

Ser asertivos en la pareja, significa dejar claros los propios principios y deseos, y negociar en base a ellos, con la otra persona que hará lo propio.

Nunca cederemos a todo por amor. Cuando se cede a todo por amor, lo que se pierde es el amor propio, y llega un momento en la relación, en que, cuando no queda nada más a lo que ceder, la persona se siente vacía, abusada, con la sensación que el otro no entiende ni valora todo lo que hace por él, y realmente es así.

Yo soy la primera persona que tengo que valorar lo que hago, valorar mi tiempo, mis intereses, quien soy en general.  Si yo lo hago, no cederé ante todo lo que exponga el otro, exigiré que se respeten mis deseos.

Recuerda esta fórmula:

50% de dar + 50% de recibir = 100% ganar

Qué podemos hacer si hemos llegado a este punto?

Conclusiones más frecuentes de las parejas que acuden a terapia

En la asertividad está la solución para la persona que da en exceso, y en la empatía la solución para la persona que “recibe en exceso”.

Para empezar a enmendar la situación, analiza si sueles funcionar con el “exceso de dar” o el “exceso de recibir”, en vuestra relación de pareja y haz click en el botón correspondiente.

Las frases en negrita se corresponden con afirmaciones y pensamientos que a menudo hacen personas que toman este papel en una relación.  Debajo, encontrarás algunas de las conclusiones más comunes a las que llegan las parejas que acuden a terapia.

 

Exceso de dar

Atiendo sus necesidades en cualquier momento, tenga o no ganas.

Atiendo las necesidades del otro/a en la misma medida que atiendo las mías, y asegurándome que la otra persona atiende mis necesidades en el mismo porcentaje que lo hago yo. Equilibrio 50%.

Callo por no discutir, para evitar que estemos enfadados.

Decir lo que pienso no tiene porqué llevar a un enfado. Un intercambio de opiniones puede tener lugar de manera tranquila y distendida. Los dos compartiremos nuestros deseos, y en el caso que sean diferentes, buscaremos un punto intermedio, o negociaremos una compensación en el caso que uno de los dos deba ceder.

No digo lo que pienso realmente por miedo a que me deje.

Si está conmigo, es porque quiere a la persona que conoció, ¿por qué debo cambiar? Y en el caso que me deje, ¿Soy feliz estando con una persona con la que no puedo mostrarme como soy? Lo más probable es que el otro aprenda a valorar tus intereses tanto como los suyos propios, y te valore y admire como persona, llegando a tener en cuenta tus intereses en cada uno de sus actos. Difícilmente te va a conocer si no le expresas como eres.

Si lo defiende tanto es que será muy importante para él/ella.

Posiblemente está hablando de lo que es habitual para él/ella, si no ha probado otra manera de hacerlo, difícilmente va a defenderla. Posiblemente, es igual de importante para el/la que para mí lo es mi manera de verlo.

Debería darse cuenta de mis deseos, pensamientos, intereses, necesidades…

Es muy difícil que otra persona se dé cuenta de lo que yo deseo si no está habituada a escucharlo de mí. O se pasa la vida adivinándolo, o cree que lo sabe, y actúa en consonancia. La única manera de asegurarnos de que el otro sabe lo que quiero, es diciéndolo.

Es que cuando hace lo que yo quiero, es porque se lo he tenido que decir, y ya no tiene gracia.

Pues sí la tiene, y mucha. Y cuantas más veces pase, más fácil será que en algún momento llegue a adelantarse a tus deseos. Debes valorar su capacidad de esforzarse para hacer lo que deseas. Esto es amor de verdad. Las personas con capacidad de adivinación son muy pocas, y si tienes este problema, está claro que tu pareja no es uno de ellos. ¿Vas a castigarle por no serlo?

Me frustro cuando no recibo la contrapartida a todo lo que yo hago.

Cuando hagas una cosa, asegúrate tu propio premio. Si siempre te aseguras premio, nunca tendrás la sensación de ser abusado/a. Nunca hagas ni des todo por la otra persona, deja que el otro haga para sí mismo/a y haz cosas para ti, pidiéndole las que quieres recibir de su parte.

Nunca cumple con las cosas que para mí son importantes, a veces se lo he explicado, pero no hace caso.

¿De qué forma ha quedado claro que lo que le has comentado es un objetivo real? ¿Lo habéis planificado? ¿Habéis marcado tiempos y pequeños objetivos? ¿Habéis repartido el trabajo para cada uno? Para llegar a una meta, es necesario el trabajo en equipo de una manera coordinada y coherente. Actúa en consecuencia el otro miembro no se compromete con lo que es importante para ti.

 

Exceso de recibir

Me encanta que me atienda, pero si no quiere hacerlo, que no lo haga. La mayor parte del tiempo ni se lo pido. Lo hace porque quiere.

Intenta fijarte en lo que quiere, pregúntaselo, y responsabilízate de tu propio cuidado. Ser adulto/a significa ser capaz de cuidarse de uno mismo.

A veces intento ayudar, y no puedo, nunca llego al nivel. Es frustrante, lo he dejado porque siempre me critica, siempre hay errores, y cree que los hago a posta. Es demasiado exigente.

Demuestra cómo te sientes cuando te critica, pero sé persistente, no abandones. Dile cómo debe decirte las cosas para que no te sientan mal. Lucha para tener una relación equilibrada, y cuando veas que la otra persona hace, dice algo o piensa por ti, no se lo permitas, aunque el amor esté detrás, la responsabilidad de cada uno no debe cederse al otro.

Yo digo lo que quiero, pues que me lo diga. Si no me dice lo que quiere, ¿cómo lo voy a saber yo?

Ciertamente, es muy complicado. Aún así, intenta ponerte en su lugar, pregunta una y otra vez, y no des por sentado que lo que tú crees es lo que creéis los dos. ¿En qué medida estás atento y te comprometes cuando expresa lo que desea?

Estamos tan bien, y de golpe, se enfada y empieza a gritar/llorar… y ya está, se tuerce el día.

Aunque aparentemente estéis bien, lo que hay es una falta de discusión. Pero el conflicto está ahí, y eso significa, que tu pareja se siente profundamente desgraciada en esta relación. ¿Cuánto crees que va a aguantar así? ¿Tú te sientes feliz?

Muchas cosas yo no sé hacerlas, pero tampoco me ha enseñado.

Para todo aprendizaje debe haber interés, y mucha persistencia. Incluso, aunque no te enseñen, en la mayoría de cosas conseguirías tener éxito sin otra persona. ¿Necesitas a tu pareja para hacer tu trabajo? Comprueba tu eficacia, márcate tus retos y consíguelo. Cuando lleves tiempo practicando, tendrá que aceptar ¡Que lo haces muy bien!

Yo soy así y no cambiaré, me conoció así, y parece que quiere que sea otra persona.

Para que una relación funcione se necesitan grandes dosis de amor, equilibrio, cooperación, y mucha flexibilidad. Nadie quiere que dejes de ser quien eres, pero puedes ceder a ciertas cosas por el bien común, a la vez que la otra persona, hace el mismo esfuerzo por ti.

Se hablan muchas cosas, pero yo voy haciendo, si hay algo que realmente le parece mal, que me lo diga. Necesito mis cosas, mi tiempo, mi gente, mi ocio, mi dinero para mis gastos… yo no le prohíbo nada.

Todo lo que hagas, intenta ver en qué medida conlleva una carga sobre la otra persona. Pregúntale que le parece todo lo que quieres hacer, analizad en qué medida le puede perjudicar o no, anima a la otra persona a que haga lo mismo en su 50%.

A veces me pide cosas que para mí son tonterías. No son necesarias.

Que para ti sea una tontería no significa que lo sea. ¿Cuántas cosas que para ti son importantes o agradables no serían una tontería si lo juzgara otra persona? Debo aprender a dar por amor, sin juzgar qué me parecen a mí. Cada persona es distinta, y lo importante es que aquello que es bueno para mi pareja es bueno para los dos.

Si con estas reflexiones no tenéis suficiente, no dudéis en iniciar una terapia de pareja. La ayuda profesional puede conllevar a salvar vuestra relación.

 

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Claves para una relación de pareja equilibrada de Maria Rosa Mirada
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