Un artículo de opinión sobre este controvertido estudio.
Que un estómago vacío aumenta los niveles de irritabilidad forma parte del saber popular. Un psicólogo de la Universidad de Ohio afirma mediante un estudio que las personas con bajos niveles de azúcar tienen una mayor predisposición a enfadarse con su pareja. 

El estudio
¿Debes abordar un tema delicado con tu pareja? Mejor con el estómago lleno. Esta es la conclusión del estudio liderado por Brad Bushman, en el que participaron 107 parejas seleccionadas a través de un anuncio,  a cambio de una compensación de 100$. El estudio se componía de dos partes:

Parte 1: muñecas vodoo:
Se entregaba a los participantes una muñeca vodoo. La instrucción era sencilla: debían clavar entre 0 y 51 alfileres en el muñeco en función de cuán enfadados se sentían con su pareja justo antes de ir adormir. Cada miembro de la pareja solo podía ver su propia muñeca. Además, debían medir sus niveles de glucosa en sangre por la mañana y justo después de clavar los alfileres a la muñeca vodoo.

Resultados: En esta parte se comprobó que las personas con menores niveles de glucosa colocaban un mayor número de alfileres, colocando un promedio de 1,35 alfileres cada día.

Parte 2: juego y sonido desagradable
Posteriormente, se invitaba a las parejas a jugar a un juego, para el que se situaba a ambos miembros en habitaciones separadas. Se indicaba que el ganador podía castigar al perdedor con un sonido desagradable.

Resultados: Las personas que habían mostrado mayor enfado en el experimento de muñecas vodoo, tendían a castigar con sonidos más prolongados y de mayor volumen. No se hallaron diferencias en las parejas que decían ser una pareja sólida o no.

Conclusiones del equipo
-“El mensaje para llevarse a casa de este [estudio] es que debemos asegurarnos de no estar hambrientos a la hora de hablar de un tema importante con nuestra pareja, sería bueno tomar algo como una barra de proteínas antes de hablar de algo que puede hacerte enfadar”.- afirma Bushman.

Análisis del estudio

En inglés existe un término coloquial llamado “hangry”,  que significa hambre (hungry) y enfadado (angry), lo que refuerza la hipótesis que comúnmente existe la aceptación de la idea de que el hambre y la irritabilidad mantienen una relación causal.

Sin embargo, Bushman, en las conclusiones de su estudio, va más allá, indicando que la falta de glucosa provoca una mayor propensión agresividad, lo que ha generado admiradores y detractores. –“Un nivel bajo de azúcar probablemente genera una mayor dificultad en el control de emociones para el cerebro”- afirma Emil Coccaro, psiquiatra en la Universidad de Chicago. -“El cerebro sólo utiliza azúcar para sus necesidades energéticas, y por lo tanto cuando hay menos azúcar, las neuronas funcionarán peor”-.

Ann Goebel-Fabbri, Psicóloga del Joslin Diabetes Institute de Boston y profesora en Harvard Medical School,  indica que el autor ha ido demasiado lejos afirmando que los niveles bajos de glucosa pueden desencadenar violencia, y que el experimento con muñecas vodoo y sonidos fuertes no puede relacionarse con los niveles de violencia doméstica.

Y añade: -“Las personas con diabetes, que tienen altibajos en los niveles de glucosa, sufren cambios de humor, pero no existen datos que indiquen que son más violentos que el resto de la población”.-

Los experimentos de Bushman ya le supusieron un  Premio Ig Nobel en el año 2013 por otro estudio. (Los premios Ig Nobel son una parodia del premio nobel, destinados a estudios que “primero hacen reír a la gente, y después le hacen pensar”).

Opinión del autor

En mi opinión, estamos delante de un estudio atrevido, creativo y que abre posibles nuevas vías de investigación. No obstante, hay que considerarlo como esto: un primer estudio, ya que la muestra es moderadamente pequeña y todavía no se ha replicado.

Y lo que es más importante, si bien este estudio nos aporta datos adicionales que pueden llegar a ser relevantes en un futuro,  en ningún caso debemos confundir el todo por la parte, y por lo tanto no debemos concluir que los niveles bajos de azúcar sean la única explicación para la agresividad en una pareja.

Para una pareja, no afrontar un conflicto latente es tan peligroso como afrontarlo con agresividad. Llegar a unas “reglas del juego” de la relación aceptadas por ambos, hacer compatible la relación con el respeto de las necesidades del otro y mantener una comunicación abierta que permita poder afrontar el conflicto sin temor o escenas agresivas y a un consenso de qué se espera de la relación  es algo que poco o nada depende de los niveles de azúcar.

Muchos psicólogos y psicólogas especialistas en terapia de pareja recomiendan un libro de Aaron T. Beck llamado “Con el Amor no basta”. Yo añado: “Y con el azúcar tampoco“.

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